Todos los animales se comunican de una manera u otra, ya sea vocalizando, moviendo el rabo o erizando los pelos del lomo. Los animales domesticados, como nuestros queridos perros, no solo se comunican de manera instintiva, sino que aprenden a "hablarnos" de muchas maneras distintas. Aullar, gemir y llorar son tres métodos comunes para comunicar sus necesidades y preferencias a sus humanos. Aprender a entender su vocalización requiere de una gran atención y conectar los puntos correctamente para averiguar lo que nos quieren decir.
Pero, ¿qué significa? ¿Por qué nuestros amiguitos peludos escogen un método particular para llamar nuestra atención? Aquí tienes 12 razones por las que los perros aúllan, gimen y lloran.
1. Estrés
La razón número uno por la que los perros gimen es el estrés. Supongamos que estás en una clase de adiestramiento y de repente Buddy comienza a pasear de manera nerviosa, acobardarse, lamerse los labios o jadear, deja caer su rabo y deja de responder a tus órdenes. Luego empiezan los gemidos. Te está diciendo que está bajo demasiado estrés y tienes que cambiar su lugar o método de adiestramiento. Ya ha llegado a su límite de estrés.
2. Appeasement
Cuando estás por la calle paseando con tu amiguito peludo y te cruzas a alguien que está paseando a su perrito, ¿qué hace tu perro? Si se pone a gemir y retrae sus orejas, esconde su rabo, da vueltas sobre su lomo, se agacha y se niega a mantener la mirada, le falta confianza. Su gemido está diciéndote que no se siente seguro, y está buscando tu protección. Si tus esfuerzos para que socialice no tienen éxito, puede que necesites recurrir a ayuda profesional de un adiestrador para que supere ese miedo.
3. Ansiedad por separación
Para muchos perros, quedarse solos les causa problemas de ansiedad muy graves. Aunque algunos puedan desfogarse destrozando la casa, otros podrían llorar, gemir o aullar, incluso durante horas. Para solucionarlo, se tendría que ir acondicionando poco a poco al perro para que se quede solo, cada vez durante períodos más largos de tiempo, y hay otras maneras para que tu amiguito peludo no sufra tanta ansiedad. Una cámara para mascotas te permite ver e interactuar con tu perro de manera remota cuando esté pasándolo mal. Hablar con tu perro o lanzarle un premio de manera remota es una gran ayuda para aquellos que tengan que ir a trabajar y dejar solos a sus perros durante los días laborables.
4. Dolor
Es muy interesante, los perros con dolores crónicos no suelen quejarse o llorar por ello. Sin embargo, el dolor agudo, como un dolor intenso que empieza a padecer un perro artrítico, puede hacer que intente expresar su incomodidad. Si tu perro no tiene una afección que le cause dolor, pero gime y se queja, la mejor manera se saber lo que está ocurriendo es ir a visitar el veterinario.
5. Atención
Todo amante de los perros que alguna vez haya educado a un cachorrito sabe que cuando dejas a un cachorro solo por primera vez, llorará. Una parte natural de aprender a ser una mascota (quizás la única en su hogar) en lugar de parte de una camada, los cachorros aprenden rápidamente que llorar llama la atención. Los perros más mayores también conocen este truco, lloran para llamar la atención siempre que se sienten ignorados.
6. Demencia relacionada con la edad
Cuando nuestros perros envejecen, al igual que los humanos, a veces desarrollan problemas cognitivos. Esa confusión estresa mucho al perro y suelen llorar cuando se sienten perdidos o tienen miedo. La desorientación y la demencia causan ansiedad, lo que produce lloros, gemidos e incluso aullidos. Consulta con tu veterinario por si hubiese alguna medicación de utilidad.
7. Entusiasmo
Si tu Labrador Retriever se pone histérico, a gemir y ladrar cuando alguien nuevo aparece por la puerta, probablemente también esté contoneándose desde la nariz hasta la cola, de manera exagerada, como si se fuese a caer. Su comunicación es de "¡no puedo controlarme!" Necesita ayuda para aprender maneras más moderadas de recibir a perros o personas extrañas. Adiéstrale para que vaya a su cama cuando suene el timbre, eso le ayudará a estar más calmado.
8. Como invitación
En la naturaleza, los perros aúllan para organizar sus manadas. Los aullidos ayudan a los exploradores a localizar al resto de la manada y volver con ellos. En los perros domésticos, el aullido podría usarse con un propósito similar. Si no has estado en todo el día, el perro aullará esperando que vuelvas a casa.
9. Para establecer límites
A veces, los perros aúllan para establecer límites. Haciendo saber a los posibles depredadores o incluso a intrusos que han entrado en el territorio de un perro, con un aullido largo y profundo. Muchos perros ladran cuando hay alguien en la puerta o pasa por la entrada, pero otros aúllan por la misma razón. Es una forma de comunicación que advierte a los intrusos para que se vayan.
10. Descubrir cosas
Especialmente en las razas cazadoras, los perros podrían aullar para alertarte del hecho de que han encontrado algo. En la mayoría de perros cazadores, es instintivo, pero también pueden ser adiestrados. Los perros de San Huberto o Bloodhounds "se comunican" (aullando) cuando identifican un rastro que intentan seguir.
11. Trigger responses
Parece que a los perros les encanta aullar en respuesta a algunos detonantes. Las sirenas, alguna música, incluso alguien cantando puede hacer que un cachorro comience a aullar, haciendo parecer a los demás que se quiere unir. La ciencia todavía no ha sido capaz de esclarecer la razón por la que los perros responden a algunos detonantes. ¡Quizás solo quieran contribuir a la celebración!
12. ¿Dice palabras?
Algunas personas están convencidas de que las vocalizaciones de sus perros en realidad son intentos de hablar. De hecho, cuando un sonido se refuerza de manera selectiva, puede parecer que replican el habla humana. De hecho, parece que dicen palabras. Es poco probable que tu amiguito peludo sepa lo que significa cuando dice algo, pero los dueños siguen promoviendo este comportamiento.
Seguimos aprendiendo constantemente sobre cómo piensan los perros. Quizás en un tiempo, seamos capaces de entender por completo lo que intentan decirnos nuestros amiguitos peludos con sus aullidos, gemidos y lloros.